Viaje realizado del 13 al 15 de Enero
Fin de semana que pasamos en Molina de Aragón. Llegamos al alojamiento,
el Paradón de Molina, bastante recomendable, muy cerca de Molina en coche. A pesar de ser muy barato (35€ por noche en invierno con oferta) tenía unas habitaciones-apartamentos enormes con cocina y salón, perfecto para pasar incluso una semana entera.
La fría ciudad de Molina tiene mucha historia y edificios emblematicos, sobre todo por su caracter fronterizo entre Castilla y Aragón y por estar en plena Ruta del Cid. Tiene muchísimas iglesias a pesar de su pequeño tamaño e incluso barrios Arabe y Judio. Lo que más destaca es el castillo, que se puede visitar si se reune un grupo de mínimo 10 personas, nosotros tuvimos suerte y el domingo lo pudimos ver, eso sí rodeados de niebla y el suelo y plantas blanco, cubiertos de una espesa escarcha de la helada de la noche anterior. Yolanda de la oficina de turismo nos enseño el castillo con una completa e interesante visita guiada (2€), muy simpática y profesional a pesar de la situación del ayuntamiento. El clima de Molina es bastante frío, de hecho tiene un record de temperatura mínima en España, -28ºC en 1963. Para cenar nos gustó bastante para ir de tapeo y bastante barato
el Restaurante la Ribera, aunque también nos recomendaron el Catacaldos, pero no lo probamos. Hay unas fotos estupendas del pueblo en este
blog: Viajes con encanto.
Información turística aquí.
Cerca de Molina está el
Parque Natural del Alto Tajo, un entorno natural que merece la pena visitar, recorrido por el rio Tajo que dibuja un buen número de hoces a lo largo del camino. Dentro de Este parque visitamos los siguientes lugares:
La ciudad encantada de Cequilla y Checa:
Curiosos pueblos, el primero, Chequilla, inmerso en unas peculiares formaciones rocosas que recuerdan a la ciudad encantada de Cuenca, pero de un intenso color rojo por la alta presencia de hierro en la piedra caliza. Las casas comparten muros y espacio con estas rocas, y hay un recorrido muy interesante en la parte trasera del pueblo. Checa destaca por estar recorrido por un rio con muchos saltos de agua y de tenerlo perfectamente integrado con muchos puentes. Compramos un pan de pueblo buenísimo para la ruta posterior, en un pequeño horno de pan de los auténticos. Había 2 Cachés,
este y
aquel, en Cequilla que por supuesto cogimos y que nos empujaron un poco a venir a esta zona, mereció la pena.
Laguna de Taravilla Y Salto de Poveda:
Única ruta que hicimos por falta de tiempo. Se puede hacer desde Poveda con final en la laguna o bien lo que hicimos nosotros, llegar por un camino de tierra y piedras en coche hasta la Laguna y de allí andar un poco hasta el salto de Poveda. Nos la esperábamos más verde por las fotos que vimos en el blog de
la Langosta Viajera, una compañera bloguera que le ha salido a la VacaChé. Bajando por un paso en la roca llegamos enseguida al Salto de Poveda, bastante impresionante. De allí continuamos un poco la ruta pegados al río Tajo, pero nos dimos la vuelta enseguida, había que ver más cosas!
Mirador del Tajo:
De camino a este mirador, pasamos por un espeso bosque donde nos cruzamos con 4 cervatillos. Este mirador es espectacular, se tienen las mejores vistas de todo el parque y del rio Tajo con sus hoces. La VacaChé estaba ahí atenta a las fotos:
Puente de San Pedro:
Bonito paraje bastante concurrido de bañistas según parece en verano pero que estaba bastante solitario en invierno. En este punto el afluente Gallo se une con el Tajo. En la zona hay 3 cachés, pero solo cogimos 2,
este y
este, ya que el 3º estaba en lo alto de un cerro al lado de un castillo y se nos hizo un poco de noche para subir a por el.
Barranco de la Hoz y Virgen de la Hoz
Ya al día siguiente nos acercamos a este punto del rio Gallo, una garganta estrecha con las características formaciones rocosas rojizas de la zona con una antiguo santuario donde se supone que se apareció una Virgen. Subiendo unas laaaargas escaleras se llega a un espectacular mirador que hace merecer la pena la subida. A la bajada nos quedamos a comer en la
Hospedería Virgen de la Hoz, acogedor restaurante con una gran chimenea, con una riquísima carne de caza y unas migas con uvas que nos prepararon espectaculares. Salimos rodando ya de vuelta a casa. En este punto hay 2 cachés,
uno arriba y
otro abajo. En el de abajo nos resultó curioso la firma previa a la nuestra, unas devotas que estaban limpiando de zarzas las paredes del santuario y que se encontraron el caché por casualidad. En lugar de llevárselo lo dejaron, firmado en el logbook y pidiendo a los que lo encuentren que dejen un donativo a la la virgen, ja ja ja. Gracias a
vuckanero y Alarma por esconder y mantener estos cachés y los del puente de San Pedro.
El capricho de Rillo de Gallo:
Si no fuera por este edificio que nos sorprendió al pasar ni mencionaríamos este pueblo. Tuvimos que dar un volantazo para echarnos a la cuneta para poder contemplarlo después de la impresión inicial: IMPRESIONANTE. El dueño y constructor de esta casa se ve que es muy fan de Gaudí y ha decidido hacerse la casa siguiendo esa estética con un resultado realmente espectacular. Nos dejó sin palabras.
